La Fuente del Arca, toma su nombre de la característica forma que presenta su pilar y se encuentra situada en un pequeño paseo en el Barrio del Bárbol, junto al anterior hospital Divino Pastor, ahora Colegio del Sagrado Corazón de Jesús. Es una fuente de gran tamaño, formada por un gran pilón abrevadero de piedra arenisca grapada, tras el cual se levanta una plataforma para el asentamiento de cántaros y sus canales de desagüe. Tras la plataforma, aparece un gran cuerpo con zócalo de sillares con pilastras laterales de ladrillo rematadas piramidalmente, sobre las que descansa una cornisa y un frontón curvo. Seis caños de bronce surten el agua que la abastece, recogida desde una tarjea de un nacimiento bajo Mecina Alfahar en el río Nechite, para su posterior distribución por el pueblo a las distintas fuentes como la Fuente de los Caños, el Pilar de la Plaza de los Mártires, la Fuente de las Ánimas, y la Fuente de la Plaza Guerra.
En el frontón presenta tres cartelas con inscripciones alusivas a su origen y sus dos reformas. Es una obra del centralismo borbónico, creada en 1785 bajo el reinado de Carlos III y reformada en 1818 reinando Fernando VII. Esta fuente se ubica al término de un pequeño paseo, construido en 1828 por orden del Corregidor D. Vicente Giménez Granados, y alabado por Pedro Antonio de Alarcón en su libro de viajes La Alpujarra, destacando que: “Las gentes se visten, o sea se componen, para ir a paseo.-Éste, en el Invierno, es a la Ermita de San Antón, pasando cerca del cementerio. El verano, el señorío va por la tarde a la magnífica Fuente del Arca, y, a la noche, toma el fresco en un Paseo de acacias que hay a la puerta de la iglesia”.
Anteriormente, justo enfrente de esta fuente se encontraba el lavadero público de Ugíjar, de grandes dimensiones, por lo que esta zona era un lugar de reunión social, puesto que era abrevadero y lavadero, donde se reunían hombres y sobre todo mujeres. Jugaban por lo tanto, una importante función social, ya que suponían un espacio vital de comunicación femenina, donde se asumían posturas colectivas y por otro lado, favorecían las relaciones matrimoniales, conociéndose los mozos y las mozas en este espacio, unos al dar de beber a las bestias y cargar agua y los otros al lavar sus prendas. Estos lavaderos eran elementos imprescindibles para la higiene doméstica y el aprovechamiento de agua. Se encontraban normalmente cubiertos, con muros de mampostería y terrao de launa, presentando grandes huecos adintelados para la salida de la humedad y la entrada de luz. Solían ser de planta rectangular, sobre la que presentaba un canal interior, bien elevado o bien a ras de suelo, con sus laterales compuestos por grandes lajas inclinadas de piedra.

Bibliografía

–A.A.V.V. (2001). Inventario de Patrimonio Histórico. Patrimonio Etnográfico, Monumental y Arqueológico. Alpujarra-Sierra Nevada 1999-2001. Ugíjar-Cherin-Jorairátar-Las Canteras-Los Montoros. Iniciativas Líder Alpujarra S.A. Nevadensis-Río Andarax, Servicios Ambientales.
– De Alarcón, Pedro Antonio (1873). La Alpujarra. Sesenta leguas a caballo precedidas de seis en diligencia. Ediciones Osuna. Granada. Primer edición: Noviembre 2000.
La Fuente del Arca en las últimas décadas del pasado siglo