Portada del Convento Francisano San Juan Bautista
La fundación efectiva del Convento Franciscano de San Juan Bautista de Ugíjar tuvo lugar el 5 de septiembre de 1646 por el R.P. D. fray Francisco Soriano, si bien antes en 1613, “el concejo, justicias, regimiento y vecinos de la villa se reunían a cabildo abierto para acordar el modo de recaudar dinero para proseguir con la obra. Las limosnas dadas por los vecinos eran insuficientes y resultaba incomoda la cobranza de mandas del resto de los concejos. Se necesitaba para proseguir con la construcción otro tipo de recaudación y se llegó a la resolución de tomar parte de las rentas reales de cuyo cobro se encargaba la Alcaldía Mayor de las Alpujarras, en Ugíjar: de las tercias reales, del almotacenazgo y de la alcabala de la feria de Ugíjar celebrada en 1606.” Una Cedula Real de Felipe III de 27 de agosto de 1617, confirmaba todos los procedimientos anteriores y daba licencia real y facultad para fundar en la villa de Ugíjar un convento de frailes de la Orden de San Francisco de la Observancia. La construcción de la iglesia conventual culminó en 1677. Su planta de cruz latina era de una sola nave, cubierta por una bóveda de cañón con arcos fajones. El crucero se coronó con una cúpula sobre pechinas ricamente decoradas con motivos vegetales de estuco y emblemas barrocos; situándose a los pies de la nave el coro, levantado sobre bóveda de medio cañón rebajada. El exterior del templo presenta contrafuertes, adosándose a éstos la torre —entonces almenada— y el claustro en torno al cual estaban las dependencias conventuales. Actualmente aún se conserva la entrada original, una portada de medio punto de ladrillo visto, enmarcada por pilastras y entablamento. Este edificio acentúa su importancia si consideramos que es el único testimonio arquitectónico-conventual en La Alpujarra granadina.
El convento sufrió la desamortización que se produjo en el periodo 1836-1837, durante el ministerio de Mendizábal. En este edificio desamortizado se estableció un Colegio de Humanidades, la iniciativa partió de crear este centro educativo privado se debió al joven profesor D. Sebastián Pérez y Aguado, que decidió establecerlo en Ugíjar donde tenía más posibilidades de tener éxito por ser Capital de la Alpujarra y residir en ella lo más representativo de la oligarquía y la burguesía alpujarreña con los medios económicos necesarios para sufragar estos estudios. Este Colegio cumplía también con “la necesidad de una segunda enseñanza que al incorporarse a la Universidad Literaria de Granada, la juventud de estos pueblos encontró un medio fácil y económico de elevarse hasta concluir la carrera de las ciencias sublimes”. El Colegio de Humanidades de Ugíjar recibió el título de “María Cristina de Borbón” en honor a la Reina Gobernadora. A finales del siglo XIX el edificio lo adquirió por compra el general Soria, un militar vinculado con Ugíjar, produciéndose a partir de entonces sucesivas transmisiones y enajenaciones. El escritor de viajes Eduardo Soler y Pérez en su obra Sierra Nevada y la Alpujarra, nos refiere con añoranza que “lo que fue morada de frailes era en 1903 posada en su planta baja y seudo-fonda en el piso alto”. En 1939 fue adquirida por Francisco Marín Fernández que mantuvo la actividad de posada, hasta que recientemente lo más significativo del antiguo convento franciscano se ha recuperado, merced a la tenacidad, intuición y sacrificio del abogado Don José Antonio Jiménez Tovar y su familia. Actualmente también son poseedores de la Casa de los Tovares, el Museo Histórico de Jorairátar y la Casa del abogado Don Pepe.

Bibliografía

Soler y Pérez, Eduardo (1993). Sierra Nevada y La Alpujarra (Edición Facsímil). Universidad de Granada.
– Madoz, Pascual (1847). Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones de ultramar. Madrid.